Benedicto XVI renuncia al pontificado

Empezamos la semana y el día de hoy con la noticia, no sé si decir triste, de que el actual Papa Benedicto XVI decide renunciar a su cargo de Pontífice. Viendo el panorama por Facebook y los comentarios tales como, si se puede hacer o si está permitido, aprovecho y hago un "breve" reportaje sobre el tema.

El proceso para elegir un Papa es igual cuando se trata de suceder a uno fallecido o a uno que ha renunciado, como es el caso de Benedicto XVI. Desde el año 1059 toda la elección está en manos de los cardenales que hay en cada momento. Eso sí, han de tener menos de 80 años y el máximo de electores ha de ser de 120.

En España tenemos un total de 10 cardenales, de los cuales solo 5 tienen menos de 80. Europa es el continente que mayor número de cardenales electores suma, exactamente un total de 62, por delante de Latinoamérica que cuenta con 19, América del Norte 14, África y Asia 11 (cada uno de ellos) y Oceanía que solo tiene uno.

Según el derecho canónico solo puede elegirse un nuevo Papa cuando este fallece o bien cuando decide renunciar al cargo. Para que la renuncia sea válida deber ser libre y manifestarse formalmente, al ser el Papa el máximo representate de Cristo en la Tierra la renuncia no ha de ser aceptada por nadie, lógicamente.

Han pasado unos 600 años aproximadamente desde que Gregorio XII renunciara en 1415 a su pontificado, obligado, eso sí, por el emperador Segismundo con el llamado Cisma de Occidente, en el que coincidieron otros dos Papas: Benedicto XIII, el Papa de Avignon, y el llamado "antipapa" Juan XXII.

Celestino V fue el primer Papa que estableció que se podía renunciar al cargo. De hecho, y con un caso parecido al de Benedicto XVI, renunció el 13 de diciembre de 1294 cansado de luchas internas y agobiado por el peso del cargo.
La elección del nuevo Papa se producirá en marzo, tras haber renunciado este a su cargo el 28 de febrero a las 20:00h, momento en el cual dejará la silla de Pedro vacante.

Mientras se está a la espera de elegir a un nuevo Pontífice, Santos Abril realizará el cargo de vicecamarlengo, es decir, estará en el segundo puesto del Estado Vaticano mientras no se elija a un nuevo pontífice. El primer cargo como camarlengo, equivalente al de jefe de Estado, lo realizará (como lleva haciéndolo desde el 2007) el cardenal italiano Tarsicio Bertone.

En la actualidad, al igual que sucedió tras la muerte de Juan Pablo II, el proceso se rige por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, firmada en 1996 por el propio Juan Pablo II.
Mientras el puesto está vacante los cardenales se reúnen en las denominadas Congregaciones Generales, en las cuales resuelven únicamente los asuntos ordinarios e inaplazables. Estas reuniones se encargan también de definir los detalles que regirán el órgano elector, denominado Cónclave y regulado hasta el más mínimo detalle. Por ejemplo, cada cardenal elector debe llevar su propia papeleta en la que escribirá el nombre de su elegido después de la fórmula Eligo in Summum Pontificem y que doblará dos veces antes de entregarla al decano. Una vez acordados los detalles, comienza en la simbólica Capilla Sixtina el Cónclave en sí mismo. Los cardenales participantes realizarán un juramento establecido en cada caso. A partir de ese momento no podrán comunicarse con el exterior.

En concreto, en la elección de Benedicto XVI, los cardenales decidieron que los electores no podían tener teléfono móvil, utilizar internet, leer periódicos ni ver la televisión. Sin embargo, y por primera vez, se les permitió alojarse fuera de la residencia vaticana para evitar "su alojamiento precario", según explicó el entonces portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls.

En ese ambiente de clausura, se produce una primera votación llamada “de sondeo”. A partir de ahí, habrá cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. El resultado de cada turno se transmitirá al exterior mediante la fumata, la columna de humo que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano al quemar las papeletas de las votaciones de cada turno.Si el humo es negro, significará que no hay acuerdo entre los cardenales, y deberán seguir las deliberaciones. El acuerdo final se traducirá en una fumata blanca y el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro.

Después de once votaciones (en el tercer día de cónclave), si no se ha llegado a un acuerdo, está previsto que se produzca un receso de al menos un día para reflexionar. Un descanso similar está previsto si sigue sin haber nuevo Papa después de 20 votaciones (a los cinco días de cónclave). En el caso de Benedicto XVI, solo se necesitaron cuatro votaciones para lograr el acuerdo, ya que el cardenal Joseph Ratzinger se convirtió en Papa en la mañana del 19 de abril de 2005, un día después del comienzo del Cónclave. Para evitar el bloqueo en las votaciones, las normas establecidas por Juan Pablo II en 1996 introdujeron un cambio al permitir romper la exigencia de mayoría de dos tercios más uno del Cónclave si, llegada la votación número 34 (pasados ocho días y medio), ninguno de los candidatos ha conseguido ese apoyo. Si eso sucede, los miembros del Cónclave en cuestión tendrán que decidir si quieren elegir al nuevo pontífice por la mitad de votos más uno o si, por el contrario, se reduce la lista de candidatos a los dos que hayan conseguido el mayor respaldo en las 34 votaciones previas.