La imagen original del Cristo de San Damián, aquella a través de la cual Cristo habló a Francisco se conserva, expuesta al público, en el convento de Santa Clara de Asís. Con ocasión del Centenario de la Orden Franciscana se han realizado seis copias para peregrinar por todas las Conferencias europeas, una de ellas ha peregrinado por España y Portugal y llega ahora a Santiago. Esta imagen ha presidido el Primer Encuentro Europeo de jóvenes en el verano de 2007 en Asís y llega a Santiago para presidir el Segundo Encuentro, que tendrá lugar este mes de Agosto, entre los días 9 y 15.
En la imagen, El Cristo de San Damián es llevado a hombros por jóvenes italianos, que ahora se la entregan a los jóvenes españoles.La imagen podrá ser visitada en el convento de Santa Clara de Compostela a partir del día 16 de julio.
Más información en http://www.santiago2009.es/
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Oración al Cristo de San Damián que llegará a Santiago para el Meeting-09
Señor, Padre santo,
que de la Cruz de tu Hijo
has hecho brotar toda gracia y la auténtica alegría,
acompaña con tu bendición a los jóvenes
que desde los diversos países de Europa llegarán a Santiago
peregrinos, como Francisco, en busca de tu rostro.
Guárdalos en su camino, sostenles en la fatiga,
y aleja de ellos toda tristeza.
Señor Jesús, tú que en esta imagen
has revelado a Francisco la infinita dulzura de Dios
y su voluntad de amor para con todos los hombres
ilumina el camino de nuestros pueblos
y llena de esperanza a los jóvenes de Europa
para que sean los cimientos de una nueva civilización
fundada sobre el amor y la acogida a toda persona.
Haz, ¡oh Señor Jesús!, que cuantos se reunirán en Santiago
para contemplarte – como Francisco – en este icono,
reciban del Espíritu Santo un corazón nuevo
capaz de escuchar Tu Voz y de responder con alegría;
ojos nuevos y límpios para reconocerte
en los acontecimientos de la vida y en el rostro de cada hombre y mujer;
manos fuertes y delicadas para lavar los pies
a cuantos son pobres de amor, de esperanza o de paz.
Haz que estos jóvenes encuentren en Ti la fuerza
para dar testimonio a nuestras gentes, con sus obras y con sus palabras,
tu victoria sobre la muerte y tu Resurrección. Amen!
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