Los primeros que asumieron el desafío de configurarse con el Señor Jesús fueron los apóstoles. Estos apóstoles, esos primeros pastores de la Iglesia que configuraron su vida con la vida de Cristo. Vamos a examinarlo rapidísimamente.
Juan, configurado con Cristo en el amor, es el apóstol del amor que nos llega a describir a Dios diciendo que Dios es amor, el discípulo amado, autor del 4º evangelio, de tres cartas y del Apocalipsis, pescador de Betsaida, hijo de Zebedeo, hermano de Santiago, discípulo de Juan Bautista, hasta tenía un apodo: “hijo del trueno”. ¿Por qué tenía ese apodo? Porque tenía un temperamento que... mis respetos. Un día fue capaz de exclamar: Señor, fuimos a anunciarte y aquellos sinvergüenzas no nos recibieron, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que queme en chicharrón todos ellos? El Señor les dijo: “no saben de qué espíritu son”. Este era Juanito, hijo del trueno con su hermano Santiago. Y además era intrigante, ¿se acuerdan cuando la mamá llega al Señor Jesús y le dice?: Señor, te quiero pedir algo; ¿qué quieres, mujer?; -que mis dos hijitos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando llegue tu reino… nada le estaba pidiendo la señora ¿eh?...el ministerio del interior y el de relaciones exteriores… Y el Señor les preguntó: ¿Pueden beber el cáliz que yo voy a beber? “¡Claro q sí!, pero si nos gusta el buen vino”… No sabían de lo q se trataba… y los demás quedaron enojados por estos intrigantes que usaban a su mamá para la intriga, hijos del trueno…, y este hijo del trueno llega a ser después el apóstol del amor que escribe: “Hijitos míos, amémonos porque el que no conoce el amor no conoce a Dios”. Qué bello, cómo la configuración con Cristo cambió a un hijo del trueno en un hijo del amor; una de las columnas de la Iglesia. Juan, que en la Última Cena descansa sobre el pecho del Señor y aprende lo que verdaderamente es el amor.
Pedro, configurado con Cristo en la edificación de la Iglesia. Pedro el que está en primer lugar en todas las enumeraciones de los apóstoles que aparecen en el Nuevo Testamento, que tiene entre los Doce un lugar especial porque es el protagonista de muchos episodios del evangelio. Hay tantos datos sobre san Pedro..., él con su hermano Andrés, los hijos de Zebedeo, era pescador de Betsaida de Galilea. Debido a esta condición a Pedro se le presenta con una llave; Pedro aparece con las llaves porque el Señor Jesús le dice “a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos”. Desde entonces el Romano Pontífice es el sucesor de san Pedro. Se dice que sufre el martirio en tiempos de Nerón, fue condenado al suplico de la cruz pero considerándose indigno pidió ser clavado pero cabeza abajo; aunque no es segura la tradición que señala que Pedro y Pablo compartieron la misma prisión sí se sabe que ambos murieron mártires en Roma, prácticamente en la misma época. ¿Por qué Pedro si se llamaba Simón? El Señor Jesús le dijo tú te llamarás de ahora en adelante Cefas, piedra, porque sobre esta piedra edificaré mi iglesia.
Nuestro padre san Francisco recibe la misma llamada del Señor Jesús. Ahí tenemos el crucifijo de san Damián donde Francisco recibe aquella llamada “repara mi iglesia” y Francisco al principio pensó que era la edificación física, aquella capillita de san Damián y Cristo le estaba hablando de algo más grande, de toda la Iglesia que estaba en una crisis.
Hoy también a vosotros, queridos jóvenes, Cristo les dice “repara mi iglesia”, una Iglesia que en Europa está en dificultades, en problemas, que necesita la fe de los jóvenes para ser reedificada y, por consiguiente, es la llamada que hoy les dirige el Señor Jesús no simplemente a seguirle en un camino, sino a configurarse con Él como Iglesia. Porque la Iglesia no es algo separado de Cristo sino que la Iglesia es el mismo Cristo. Él nos dice voy a edificar un templo, voy a edificar una basílica, dice sobre esta piedra edificaré mi iglesia y cada uno de nosotros somos Iglesia. La Iglesia no somos ni los obispos ni los sacerdotes, somos todo el Pueblo santo de Dios. Y a Vds. que les gusta cantar, seguramente se acordarán de un canto muy bonito del Padre Gabarain que dice:
“Iglesia soy y tú también. En el bautismo renacimos a una vida singular, y al confirmar hoy nuestra fe lo proclamamos compartiendo el mismo pan. No vayas triste en soledad ven con nosotros y verás a los hermanos caminando en el amor. Ven con nosotros y serás en la familia un hijo más, iremos juntos caminando en el amor”.
Esa es la Iglesia, Iglesia soy y tú también. Cada uno de nosotros somos Iglesia y necesitamos configurarnos con Cristo para edificar la Iglesia del siglo XXI, la Iglesia de Europa, la Iglesia de cada uno de sus países porque Él confía en Vds., Él cree en Vds., y sabe que Vds. en alianza de amor común, pueden construir Iglesia. La Iglesia no es como eso que vemos a veces en el Discovery Channel; vemos una ballena y dice “desapareciendo”, vemos un osito panda y dice “desapareciendo”; la Iglesia no es una especie en vías de extinción ¡no! La Iglesia vive y está llamada a ser construida por cada uno de nosotros. El apóstol Pedro nos dice “Vds. son piedras vivas en la edificación del templo”, son piedras vivas.
Hoy, paseando por aquí por Santiago, veo esos conventos, esas iglesias en piedra firme que tienen siglos pero no piedras muertas, son piedras vivas, cada uno de nosotros es la edificación del Pueblo de Dios.
Felipe, configurado con Cristo en la comunión. Felipe el apóstol era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe tiene muchas intervenciones en el evangelio. Juan dice que invita a Natanael a conocer a Jesús, también que participó en la multiplicación de los panes, cuando el apóstol Felipe le dice "Señor y dónde vamos a comprar pan para todos estos,... aquí hay un muchacho q tiene 5 panes y 2 peces…" Además relata su intervención y le fue mal: Señor, dice Felipe, "muéstranos al Padre y eso nos basta" y el Señor le dio su buena: “Felipe, tanto tiempo estoy con Vds. y todavía no me conoce”. Nos lo podría decir a nosotros ¿eh? Juanito, Pedro, María, Mariví,… tanto tiempo estoy con Vds. y todavía no me conoces. Nos lo podría decir el Señor.
Pero Felipe no se desanima, vuelve a ser nombrado en la escena de Pentecostés. La tradición nos dice que evangelizó Frigia y su tumba la sitúan en Hierápolis. Se suele representar llevando una cruz en forma de “t”, que es la tau, esa cruz que llevamos en la familia franciscana viene precisamente dicen que de eso. Hizo muchos milagros durante su vida. Felipe configurado en la comunión. También cada uno de nosotros tiene que configurarse con Cristo con esa comunidad que se llama la Iglesia. Cada joven tiene que ser constructor de comunión no de división, constructor de esa gran familia que formamos todos los seguidores de Cristo.
San Bartolomé, configurado con Cristo en la profesión de fe. Natanael que exclama "Maestro tú eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Fuera de las instancias referidas no aparece su nombre en el Nuevo Testamento, por eso muchos eruditos identifican a Bartolomé con Natanael ¿Qué es este apóstol? El que nos pide que nos configuremos con Cristo en la profesión de fe. Nunca el Señor hizo un milagro si no había fe y cada vez que hacía un milagro preguntaba ¿crees? ¿tienes fe? Cuestionemos hoy nuestra fe, porque la fe no es simplemente una teoría, la fe es vida. Creo y estoy dispuesto a dar mi vida por la fe.
Mateo, el evangelista, configurado con Cristo en la misericordia. El Señor Jesús decía “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” y ahí aparece un gran pecador, Levi, hijo de Alfeo, que era nada más y nada menos que recaudador de impuestos. Despreciado por los mismos compatriotas suyos, colaborador de los romanos para sacarle dinero a los pobres,… un gran pecador, lo despreciaban y sin embargo ell Señor lo llama y Mateo, Leví, da un gran banquete en su casa. Leví, el pecador que después sabe cantar la misericordia de Dios, que lo llamó desde el pecado a la gracia, a una nueva vida y no solamente a ser el escritor de un evangelio. Nadie puede considerarse pecador perdido, abandonado, nadie; Dios nos ama y puede hacer de nosotros un vaso de elección.
Santiago el Mayor, el que vino aquí a Santiago por eso se llama Santiago, configurado con Cristo en la transfiguración y en la agonía. Es testigo de la Transfiguración; qué lindo tiene que haber sido eso, ver el cielo, al Señor Jesús en su gloria, ver a Moisés y Elías. Tan deslumbrado estaba Pedro que toma otra vez la palabra y dice "ay Señor, qué bien se esta aquí. Hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Y dice el comentarista que "no sabía lo q estaba diciendo". Sin embargo, todos los domingos y cada vez que celebramos la santa eucaristía, el Señor nos invita al monte Tabor, todas las veces que hay Eucaristía es Transfiguración. Solamente que la tenemos que ver con los ojos de la fe, el pan y el vino que se transforman en el cuerpo y en la sangre del Señor. Ay yo no voy a misa porque es muy aburrida. Claro, los ojos q están miopes qué van a ver; los ojos que están ciegos, qué transfiguración van a captar. Además en la Transfiguración se oyó la voz del Padre que dijo “este es mi hijo muy amado, escuchadle”. Y cada domingo el Señor nos da un banquetazo de Palabra de Dios que no comemos. Vamos a volver a ello más adelante.
Santiago, el Menor, configurado con Cristo en la pequeñez, en la humildad. Le denominaban el Menor porque dicen que era muy pequeñito en estatura y para distinguirlo del hijo del Zebedeo; pero este Santiaguito no fue tan menor. En la Carta a los Gálatas se le presenta como una de las columnas de la Iglesia y le decian el hermano del Señor que a lo mejor era pariente, primo o primo segundo. Él toma la palabra en el primer concilio de la Iglesia, en el concilio de Jerusalén. Era un líder de la comunidad. A él se le apereció el Señor resucitado y es autor de uno de los libros de la Biblia, la Carta de Santiago. Así que no era tan menor. Santiago el Menor nos habla de cómo nos debemos configurar con Dios en la humildad, no creernos a saber qué cosa, sino configurarnos con Cristo en la humildad.
San Judas Tadeo, configurado con Cristo en el servicio. Autor de la Epistola de Judas, servidor de Jesucristo, hermano de Santiago el Menor, así se lee en la carta. Según la tradición, evangeliza en el Asia Menor y muere también mártir por el Señor.
Andrés, configurado con Cristo en la respuesta fiel. Juan y Andrés eran los dos, discípulos de Juan Bautista y cuando Juan el Bautista ve pasar al Señor Jesús dice "Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Juan y Andres lo siguieron y qué bella la vocacion de san Andres: llevó a su hermano a Cristo porque Andres no se conformó con haber conocido a Cristo sino que pensó que su hermano también lo debe conocer. Andrés evangeliza a su hermano. Yo me pongo a pensar qué tal si Andrés hubiera sido egoísta..., ¡no hubiéramos tenido el primer Papa! La vocación del primer Papa vino por su hermano Andrés. Qué lindo es. Pensemos nosotros, mis queridos jóvenes, Vds pueden llevar a Cristo a sus hermanos y hermanas en la familia, pero también a sus amigos y a sus amigas. Esto es configurarse con Cristo en la respuesta fiel. Si yo amo a Cristo yo quiero que otros jóvenes lo amen también.
Matías, configurado con Cristo en la Tradición. Matias no fue llamado originalmente por Jesús. Fue elegido por los Once, encabezados por Pedro, para desempeñar el lugar dejado por Judas. Matías es elegido para cubrir una vacante diríamos hoy, pero la cubre con fidelidad. Él sabe que recibe un tesoro y este tesoro se llama la fe y esta fe la transmite. Hoy día no nos gusta mucho que digan tradición, nos suena a acepción vieja, con olor de naftalina. No Señor, la Tradición es un tesoro. Tradere en latin quiere decir entregar, es algo que yo entrego. Aquí hay algo que me gusta mucho a mi: la antocha olímpica. Vds han visto que en todas las olimpíadas siempre hay una antorcha que se enciende en Olimpia, allí donde fueron los primeros JJOO. ¿Cómo se enciende? Se enciende con los rayos del sol y no con una tea, un conjunto de lentes contemplan los rayos solares y así se enciende la antorcha olímpica y después esta antorcha se va llevando de un atleta a otro hasta llegar al lugar de la olimpiada. ¿Se acuerdan la última? En Pekín, y ¿cuántas dificultades hubo para llevar esa antorcha? Muchas, porque por algunos lugares no se podía transitar. Cuando fueron las olimpiadas en Australia hasta diseñaron una antorcha que podía ser llevada bajo el agua y asi la llevaron. A mí me encanta esa imagen porque san Pablo nos llama a todos a ser atletas del evangelio llevando la antorcha de la fe.
¿Se han puesto a pensar, queridos jóvenes, por qué en el mundo que tiene seis mil millones de habitantes solo 1200 millones creemos en Cristo Jesús. ¿Y por qué nosotros tenemos ese privilegio? Es difícil dar la respuesta pero lo cierto es que nosotros creemos porque tuvimos la dicha de unos padres que no sólo nos transmitieron la vida natural sino que nos transmitieron también la vida de la fe llevándonos al Bautismo. Y esos padres nuestros tuvieron a nuestros abuelos que hicieron lo mismo, y ellos a nuestros bisabuelos, y a nuestros tatarabuelos y a todas las generaciones anteriores que nos transmitieron la antorcha de la fe. Ahora yo les pregunto a Vds ¿serán también los atletas de Dios que van a transmitirle a sus hijos la antorcha de la fe? Ahí está el gran desafío, ahí está el gran desafío y ahí esta la configuración con Cristo de Matías q se configuró con Cristo en la Tradición, en entregar el don de la fe.
Nos queda Simón, configurado con Cristo en el martirio, que no es solamente que me van a cortar la cabeza. El martirio es ser testigo de Cristo. Vds ya recibieron el sacramento de la confirmación ¿verdad? ¿no? ¿y a qué esperan? Es el sacramento de la juventud. El sacramento de la Confirmación es una gracia que Dios nos da para ser testigos de Cristo. No es fácil ser testigo de Cristo. El Señor dice "quien me reconozca delante de los hombres yo también lo voy a reconocer delante de mi Padre, pero el que me niegue delante de los hombres yo no lo voy a reconocer". Somos testigos de Xto, eso es Simón.
Y, por último, Tomás, configurado con Cristo en la pasión por la misión. No me detengo por el tiempo pero vamos a desembocar en el gran misionero, Pablo de Tarso.
Antes todavía hay que pasar por la Virgen María, configurada con Cristo en la Palabra de Dios y en la respuesta a la Palabra pronta y fiel. "Hágase en mí según tu Palabra" dijo la Virgen María y la Palabra se hizo carne en su persona. Ninguno de nosotros pone en duda que María se configura con Jesús. Para los jóvenes hoy en día, para los jóvenes de esta nueva Europa que Vds deben construir la configuración de María con Cristo es el mejor ejemplo. Maria que siente, María que anuncia, María que responde, María que presta un servicio y otro, María que sabe sufrir, María que sabe desaparecer y pasar desapercibida pero siempre fiel, María que sube a la montaña y llega a Jerusalen, que llega al pie de la cruz, que no tiene miedo, que sabe enjugar las lágrimas, que recoge el cuerpo de su hijo, Maria que llega a Pentecostés y que es Madre de la humanidad; María de la fiesta como en Caná de Galilea, como a Vds jóvenes les gusta, María que celebra no con el botellón por cierto, María en la sonrisa de quien visita a Isabel, María que presenta con alegría a su hijo en el templo María que sube al cielo, María siempre fiel, María configurada con Cristo dice "les escribo a Vds jóvenes porque son fuertes, porque son fieles, porque son de Dios...".
Termino con el gran apóstol Pablo de Tarso, San Pablo, que llega a configurarse de tal manera con Cristo que nos escribe “Vivo yo pero ya no soy yo quien vivo, es Cristo que vive en mí" y de tal manera Pablo llega a conocer a Cristo que llega a decir "Para mí la vida es Cristo". Pensemos en esto, mis queridos jóvenes, porque la vida le cambió a Pablo totalmente cuando conoce al Señor Jesús. Cuando llega a conocer a Cristo dice "todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo". ¿Podriamos decir todos lo mismo? Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y llega a escribirnos “Por la gracia de Dios soy lo que soy y la gracia no ha sido estéril en mí". Cada uno por la gracia de Dios son lo que son y la gracia no ha sido estéril en mí y cuando se da cuenta de su debilidad dice: "llevamos el tesoro en vasijas de barro para que se sepa que la fuerza es del Señor", y luego dice "tengo un aguijón metido en mi carne, tres veces le he pedido a Dios que me lo quite y me ha respondido te basta mi gracia porque cuando soy débil es cuando soy fuerte, porque reside en mí la fuerza de Dios"; por eso es capaz de decir "nada ni nadie me separará del amor de Cristo". ¿Qué nos falta entonces? ¿Saben qué? Estamos enfermos del corazón; alguno dirá "no, yo soy atleta, yo hago ejercicio". Estamos enfermos del corazón pero no es el colesterol, ni los triglicéridos ni nada de eso. ¿Saben lo que tenemos? Un día san Pablo se sintió malito y se fue al médico, se fue al cardiólogo y le pusieron el estetoscopio ¡cómo palpitaba el corazón de Pablo! Palpitaba así: ¡Ay de mí si no evangelizo!, ¡ay de mí si no evangelizo!, ¡ay de mí si no evangelizo!
Y por eso Pablo fue un evangelizador intrépido. ¿Quién de Vds ha perdido el sueño un día porque no ha evangelizado? Entonces nos damos cuenta que tenemos insuficiencia cardíaca misionera; pero ¿qué pasa cuando alguien está enfermo de insuficiencia cardíaca? Le ponen un aparatito chiquito ahí dentro que se llama marcapasos y el marcapasos le devuelve la energía al corazón.
Hoy le vamos a pedir al Espíritu Santo que a todos nos haga una cirugía cardíaca, no les va a doler; una cirugía en la cual nos implante un marcapasos misionero del corazón de san Pablo a todos. Saliendo de Santiago todos tienen que ser misioneros. Todos. ¡Ay de mí si no evangelizo! ¡Ay de mí si no evangelizo! ¡Ay de mí si no evangelizo!
Por último acabamos de concluir el año de san Pablo, ¿qué les dejó el Año de San Pablo a Vds.? Buena pregunta, cada uno tratará de responderla; a mí me dejó muchas cosas, en cuenta un himno. Yo tuve que ir a Sudáfrica el año pasado (presido Cáritas Internacional) un viaje larguísimo: salí de Tegucigalpa al Salvador, de San Salvador a Washington, de Washington a Johannesburgo, en total 20 horas de vuelo; y el regresó tardó más porque veníamos contra el viento y entonces la primera escala la hicimos en Dakar, ocho horas y media de vuelo; ahí una hora sin podernos bajar del avión y luego ocho horas cuarenta y cinco para Washington. Yo ya no sabía cómo sentarme y en eso me dije "y por qué no hacerle un himno a san Pablo", y me puse a escribir y salió. Ahora se lo voy a compartir, es bien fácil:
Apóstol incansable, misionero de Jesús,
Pablo de Tarso, queremos ser como tú.
En quien mi fe he puesto, nunca me defraudará.
La corona de la gloria, la carrera alcanzará.
Aunque un tesoro llevamos, frágiles de barro somos;
donde habita el pecado la gracia triunfará.
“¡Ay de mí si no evangelizo!” tu corazón palpitaba,
nada ni nadie de Cristo nos separará.
Atleta del evangelio, constructores de la paz.
El amor de Cristo nos apremia, vamos a evangelizar.
1 comentario:
¡Paz y bien! Gracias por la transcripción de la catequesis y por las fotos.
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